viernes, 28 de diciembre de 2018

Claves para favorecer la inclusión de un niño/a con ceguera o baja visión en el aula

Seguro que tenéis una predisposición a ayudar y favorecer el clima del aula y la inclusión de tu alumno o alumna en el aula, por ello, te facilito claves de actuación que son muy útiles ante estas situaciones:

Respecto a los aspectos organizativos y espaciales:
  1. La organización de los elementos materiales y espaciales debe ser fija y estable.
  2. Debe explicarse al alumno su ubicación y ayudarle en su comprobación, al igual que debe garantizarse un orden permanente por parte de sus compañeros.
  3. El puesto escolar que se le asigne debe ser suficientemente espacioso y amplio que pueda dar cabida a sus materiales didácticos (textos braille más voluminosos) y a sus recursos técnicos (PC hablado, Braille hablado), ópticos (auxiliares ópticos) y ergonómicos (atril o mesa elevable).
  4. Su ubicación en el aula debe responder a criterios de accesibilidad.
  5. En muchas ocasiones hay que modificar las condiciones del centro, eliminando obstáculos. En el caso concreto del aula, hay que evitar que las carteras, mochilas y carpetas estén tiradas en los pasillos de la clase.
Respecto a las actitudes del profesorado y compañeros/as:

  1. El profesor debe mostrar siempre el aula al alumno ciego, acompañándole y explicándole los lugares, espacios, objetos y muebles existentes, indicando su ubicación espacial exacta y permitiéndole hacer comprobaciones.
  2. Tanto el profesor como el resto de los compañeros deben permitir que el alumno ciego explore sus caras y sus características físicas, a fin de que pueda hacerse una imagen mental de cómo son. La voz no proporciona información de los aspectos somáticos de las personas.
  3. Cuando alguna persona del centro se dirija al niño invidente debe evitarse la formulación de la pregunta típica ¿sabes quién soy?. Crea mucha ansiedad al principio y sobre todo en condiciones de tumulto o murmullos donde el ciego no puede hacer una buena discriminación auditiva. Al acercarse a su lado es necesario hacer una presentación verbal. indicando quiénes somos; es probable que con el tiempo sea el mismo niño el que nos diga que ya nos conoce por la voz.
  4. Cuando se presenten contenidos a través de medios visuales, aunque sea la pizarra, es preciso verbalizar y/o hacer descripciones claras de lo que se expone, evitando el visocentrismo al que estamos acostumbrados.
  5. Siempre que el profesor tenga que dirigirse a un grupo, actividad o situación, debe hacerlo por su nombre, utilizando referencias concretas y evitando gestos como únicas indicaciones pues el alumno ciego no percibiría datos suficientes que le informasen sobre el ambiente. Cuando decimos "tú, ven aquí" o "los de aquella mesa, ¡que se callen!" estamos proporcionando una información imprecisa y no referencial para el alumno ciego.
  6. Igualmente, el profesor debe habituarse y acostumbrar a los compañeros de que cuando quiera que el alumno ciego se dirija a un lugar determinado, debe llamarle por su nombre y darle pistas auditivas o espaciales que le ayuden a localizar el lugar, marcándole verbalmente la dirección e indicándole (sobre todo al principio) el itinerario y los obstáculos: Ej. Ven hasta mí; estoy junto a la ventana, a tu izquierda. Puedes venir en línea recta pues no hay nada por el medio.
  7. No se deben manifestar atenciones especiales ni actitudes compasivas ni de sobreprotección sino que deben promoverse actitudes de cooperación, colaboración y aceptación. Para ello, pueden utilizarse agrupamientos flexibles (trabajo en equipo, trabajo cooperativo) por ejemplo.





Bibliografía


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